Desde el inicio de la archiconocida pandemia de Covid, las prioridades de muchos han cambiado. Valoramos más nuestro tiempo, el contacto, estar con los nuestros…todo lo que nos arrebató y sigue quitándonos este maldito virus. Aquel marzo de 2020 supondrá un hito en la vida de la mayoría, no olvidaremos esos días frenéticos de informaciones, desinformaciones, nervios, preocupación y ansiedad. La palabra «esencial» cobró más importancia que nunca, valga la redundancia. Empezamos a oír hablar del teletrabajo a todas horas y los niños dejaron de asistir a clase. Hasta aquí, todo “bien”, ¿no?

Pocos afortunados tenían la oportunidad de teletrabajar antes de toda esta locura. Y, aunque cada vez más voces llevábamos años alzándonos pidiendo conciliación, desde que se inició el Estado de Alarma y se cerraron los colegios, se convirtió en un clamor. Lo más frecuente es referirse a la conciliación familiar, es decir, en lo que respecta al cuidado de los hij@s, pues es verdad que es lo más complicado cuando ambos progenitores trabajan y, sobre todo, en el caso de las familias monoparentales, otra realidad cada vez más presente

Conciliar va más allá: queremos vivir

Pero, como decía al principio, nuestras prioridades han cambiado, y conciliar va más allá: queremos vivir. Han sido muchos los que han cambiado su vida en las grandes ciudades para trasladarse a pueblos pequeños, en los que pueden teletrabajar pero también disfrutar de la vida y la tranquilidad. Si algo nos ha enseñado esta dichosa pandemia, es que estamos aquí de paso y que disfrutar del tiempo con los nuestros no tiene precio.

Según los expertos, el teletrabajo ha venido para quedarse

Gracias al avance de la tecnología y a las nuevas herramientas de comunicación, es cada vez más posible vivir y trabajar a cientos de kilómetros de donde se encuentra la sede principal de tu empresa o tus clientes. Y es una opción elegida por muchos, hartos del bullicio de las grandes ciudades, las aglomeraciones y los interminables atascos diarios.

Obviamente, no todo el mundo puede teletrabajar, ni todos los trabajos son aptos para ello. Recordemos a los esenciales que se la jugaron durante los primeros meses de la pandemia y que siguen al pie del cañón, en primera, segunda o tercera fila, para que a los demás no nos falte de nada: sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad, transportistas, empleados de supermercados, repartidores, limpiadoras…desde aquí nuestro humilde homenaje y un eterno agradecimiento, no solo ahora, sino siempre (y perdón si nos dejamos a alguien, la lista es tremenda).

Y tú, ¿eres de los afortunados que pueden teletrabajar?

Cuéntanos tu experiencia en nuestras redes sociales @concontexto